Como es común, la agricultura debe enfrentarse cada temporada a distintos factores externos que condicionan su éxito o fracaso -heladas en época de floración, lluvias al momento de la cuaja, soles extremos que queman la fruta, sequías que no permiten un riego adecuado, entre otros-. Sin embargo, los últimos meses los agricultores de todo el mundo han tenido que enfrentarse a un gran factor desconocido hasta el momento; un agente externo que ha llegado a amenazar incluso a las economías más poderosas del mundo; el COVID-19.
Este nuevo virus, que se inició en China a fines del año 2019, en marzo de 2020 ya estaba propagado en todos los continentes cobrando miles de vidas humanas y cambiando el estilo de vida de todo el planeta. Y es que China, siendo la segunda potencia económica del mundo, al implementar medidas restrictivas para contener el virus, repercutió inmediatamente en las economías de los países que dependen de las exportaciones e importaciones con el gigante asiático. Fue una cuestión de días lo que se demoró el gobierno chino en aplicar cuarentenas y restricciones aduaneras, lo que llevó a una ralentización en el transporte y logística de distribución de productos, frenando así los procesos de importación. Por ejemplo, países como Bangladesh, cuya economía está fuertemente influenciada por la industria del cangrejo, enfrenta una de las mayores crisis de su historia, ya que el 90% de su producción se exportaba a China y hoy la gran mayoría se ha perdido o ha sido desviada hacia otras naciones a precios más bajos.
Si nos trasladamos a Chile, sabremos que nuestra economía también se ha visto afectada, por un lado, ha habido una menor demanda de las exportaciones de cobre, y en consecuencia, una caída en su precio. Por otro lado, las exportaciones de la industria agropecuaria también han sufrido repercusiones, entre las especies más afectadas hasta el momento se encuentran las cerezas, arándanos, vinos y el sector acuícola.
Si bien la agricultura es uno de los sectores económicos cuyo escenario se vislumbra menos pesimista, nadie tiene nada asegurado. En el contexto del foro digital Economía en Cuarentena, organizado por la Cámara de Comercio de Santiago, Francisco Gana, gerente de Estudios de la SNA, advirtió “una caída de hasta 5,6% en las exportaciones agrícolas de nuestro país, la cual dependerá de qué tanto se prolongue la crisis”.
De acuerdo a cifras de la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile (ASOEX), desde el 1 de septiembre de 2019 al 26 de abril de 2020, Chile ha exportado 1.726.883 toneladas de frutas frescas al mundo, cifra que es 8,02% menor a igual periodo de la campaña 2017-2018.
“En términos de mercado, y pese a la pandemia del Coronavirus, el Lejano Oriente ha recibido el 31,6% del total de los envíos, seguido por Norteamérica con 30,4% (Estados Unidos 28,4% y Canadá 2%), Europa 20,5%, Latinoamérica 14%, y Medio Oriente 3,4%” informa la ASOEX.
En cuanto a las especies exportadas esta temporada, y de acuerdo al gráfico de SimFRUIT que se muestra a continuación, la que ha tenido mayor volumen es la manzana, seguida por la uva de mesa.
En el Avance de Temporada 2019-2020 de ASOEX, publicado el 28 de abril, el principal país receptor de fruta chilena es China, con un incremento de 11,36% respecto a la temporada anterior; seguido por Estados Unidos, con una disminución en un 28,8% en relación a la campaña pasada. Luego viene Holanda, Inglaterra, Colombia, Ecuador, Brasil, Alemania, Rusia y Corea del Sur.
Considerando que China es el país que recibe mayor volumen de fruta chilena, y el primero en tener habitantes contagiados con coronavirus, cobra relevancia ver cómo sus mercados locales e importadores han tenido que cambiar su modus operandi para poder llegar al cliente final de manera eficiente. Y cobra aún más relevancia sabiendo que, según cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas, a mediados de marzo 2020 las ventas al por menor en China disminuyeron un 20,5% -el mayor derrumbe desde que se tiene registros-, debido en gran medida al cierre de masivo de centros comerciales, restaurantes, cines y otros. A dichos cierres hay que sumarle las cuarentenas obligatorias y el miedo que tenía la gente a salir a las calles.
Dicho todo lo anterior, los vendedores y consumidores chinos no tuvieron más opción que acomodarse rápidamente al nuevo escenario e intentar no hundirse en medio de esta pandemia. Es así como la tecnología y soluciones digitales empezaron a ser la gran respuesta a las necesidades tradicionales de la población, pasando desde las consultas médicas y educación, hasta la venta de alimentos por internet.
Sin duda que el consumidor cambió, el cliente ya no busca de la misma manera que lo hacía antes de la pandemia, principalmente porque no puede o no quiere salir al comercio tradicional. Según un artículo publicado en The Economic Times, plataformas para compras on line chinas como Hema de Alibaba y Missfresh de Tencent cuadruplicaron los pedidos de alimentos durante los primeros días de la pandemia en China. Incluso llegando a agotar los suministros de verduras durante la primera semana del año nuevo chino, según explicó el gerente de Missfhresh, Liu Guofeng a The Economic Times.
Según el Boletín de ProChile, si el brote del SARS en 2003 fue un catalizador para el eCommerce en China, generando un profundo cambio en los patrones de consumo en de ese país, esta contingencia tendrá un impacto similar. “En 2019, el 12% de los adultos mayores compraban online en ese país, mientras que en febrero de este año ese canal llegó al 87%. Se espera que este hábito que se mantenga en el futuro. Por otro lado, la incorporación de pequeñas tiendas en los canales online abre oportunidades para competir a futuro con los grandes canales eCommerce ya establecidos”.
De acuerdo al boletín publicado por ProChile a fines de abril de este año, “en 2019 el PIB mundial registró su peor desempeño desde 2009, con un crecimiento de 2,5%, para este año las estimaciones más optimistas -luego del estallido de la pandemia- preveían una disminución de 1,0% en la tasa de crecimiento de la economía mundial. Sin embargo, en la medida que la emergencia sanitaria se ha expandido, las previsiones han recortado el crecimiento esperado”.
En un contexto marcado por la incertidumbre, según Euromonitor, si el peak de la pandemia se alcanza a fines de mayo y entre el 1% y el 10% de la población mundial se infecta, el crecimiento global podría alcanzar entre -1,5% y 0,5% en 2020.
ProChile también publicó que entre los países más afectados por la pandemia se encuentra EE.UU., China, Alemania, Reino Unido, Francia e Italia, lo que representa el 43,58% de la oferta y la demanda mundial (PIB); el 57,2% de la producción de manufacturas; el 37,6% de las exportaciones mundiales y el 49,6% de las exportaciones chilenas. Las perturbaciones de la oferta y la demanda en esos países tendrán repercusiones mundiales.
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