La nutrición de las plantas es un proceso fundamental para su crecimiento y productividad. Ante la escasez mundial y altos precios de los fertilizantes, especialistas entregan recomendaciones para aprovechar de mejor forma las reservas naturales de nutrientes en el campo y aplicar lo justo y necesario a los cultivos para que se desarrollen adecuadamente esta temporada.
Por Florencia Polanco – Fideliza Comunicaciones
La escasez de fertilizantes para la agricultura ha encendido las alertas en todo el mundo. Y como ocurre en todos los mercados, una baja oferta y una alta demanda genera que aumenten considerablemente los precios de los productos, y en el caso de los fertilizantes no es la excepción. En la actualidad, hay cerca de un 25% menos de oferta de fertilizantes a nivel global y los precios se han hasta triplicado.
Los inicios del problema se remontan a 2021, cuando China, que es el principal oferente de fertilizantes en el mundo, restringió su producción a causa del Acuerdo de París, que busca enfrentar la contaminación y el cambio climático. Por este motivo, limitó sus fronteras de exportación para asegurar su autoconsumo.
A esto se sumó el alza de los precios de los fletes y la escasez del transporte con tacos importantes en los principales puertos, y a su vez se desató la guerra entre Rusia y Ucrania, ambos actores relevantes en la industria de los fertilizantes. Mientras Rusia y Bielorrusia comercializan más del 20% de los fertilizantes a nivel mundial, gran cantidad de esos fertilizantes salían por el Mar Negro en Ucrania, lo que obligó a suspender las exportaciones.
Además, Rusia en el hemisferio norte representa casi el 70% del abastecimiento de gas natural, combustible que se usa para la fabricación de fertilizantes y, por otra parte, Ucrania produce amonio, que es el cimiento de la producción de fertilizantes nitrogenados.
Álvaro Quezada, gerente de la línea de fertilizantes y semillas de Coagra, explica que Chile se abastece de los países con los que tiene libre tratado de fertilizantes, principalmente China, Estados Unidos y Malasia. “Chile no trae fertilizantes desde Rusia porque implica un arancel adicional de un 6%, pero otros países importantes, como Argentina, Brasil, sí los traen desde Rusia y ante este escenario de incertidumbre anticiparon compras, lo que también generó un alza en los precios”, explica.
En el sector admiten que la situación es compleja, porque hoy una tonelada de fertilizantes cuesta hasta tres veces más y los plazos de venta también se acortaron a la mitad. Es decir, para comprar fertilizantes hoy se necesita un mayor capital, porque junto con pagar un sobreprecio hay que hacerlo en un plazo más corto que antes.
La nutrición es un aspecto fundamental en el rendimiento y calidad de la producción de todos los cultivos agrícolas, ya que influye tanto en el crecimiento vegetativo como en lo productivo. Entonces, ¿qué solución existe para los productores a corto plazo? Se estima que la inestabilidad en la oferta y los altos precios se mantendrán al menos durante todo este año. Dado esto, el gerente de la línea de fertilizantes y semillas de Coagra señala que “es súper recomendable que el agricultor haga un análisis de suelo para fertilizar las unidades estrictamente necesarias”. Asesores especialistas en suelo y riego coinciden y entregan recomendaciones a los productores para ayudar a sopesar la escasez y los altos precios.
El primer paso antes de decidir qué y cuánto aplicar es realizar un minucioso análisis del suelo, ya que este tiene su propio stock de nutrientes. A lo mejor se incrementó en el tiempo y fue acumulando, o quizás se gastó todo y el suelo está deprimido. “Los suelos podrían tener más nutrientes de lo que imaginamos, pero hay que hacer un buen análisis de suelo, con una impecable toma de muestra en las zonas de influencia de la zona radical haciendo varias calicatas”, señala Antonio Lobato. El suelo, en este sentido, funciona como un “reservorio de nutrientes que puede satisfacer la demanda de fertilizantes en un porcentaje importante, donde el productor no tenga que aplicar nada o muy poco”.
El asesor Samuel Román complementa que el diagnóstico debe centrarse en identificar claramente cuáles son los nutrientes esenciales y estratégicos que están deficitarios en el sistema productivo y cuales están en abundancia o suficiencia. Esto mediante el análisis de suelo, foliar, fruto y agua; identificar si el pH del suelo y del agua son una limitante; estudiar la salinidad del agua y del suelo en pasta saturada; y revisar las raíces.
Otra práctica que recomiendan ambos es aplicar guano, compost, y/o reincorporar los restos de poda y hojas al suelo. “Las hojas y restos de poda que la planta produjo también contienen nutrientes. Si los incorporo y los mezclo con el suelo, este hará un trabajo denominado servicio ecosistémico de reciclaje, es decir, me van a devolver una buena parte de lo que estaba contenido en los residuos”, sostiene Lobato.
Una vez que el productor sabe cuál es su stock de nutrientes en el suelo puede ajustar la demanda de fertilizantes de acuerdo con ello. A su vez, debe revisar cómo está distribuido el sistema radical para saber si las raíces están logrando absorber correctamente el stock de nutrientes disponible. “Como nunca, este análisis hay que hacerlo mirando bien, haciendo varias calicatas”, dice Lobato.
“Hay que revisar si hay pie de arado (cultivos anuales) y si las raíces están sanas, bien desarrolladas o están enfermas, agotadas y se requiere intervenir. Es hora de profundizar en las preparaciones de suelo y preguntarse si es momento mejorar las raíces con herramientas como ácidos húmicos, enraizantes, materia orgánica, control de insectos y nematodos, entre otros”, añade Román.
Este análisis de calicatas también permitirá observar la calidad del suelo para que las raíces crezcan y logren llegar hacia donde está el stock de nutrientes. “Si producto del tránsito de máquinas mi suelo se ha compactado, aunque tenga zonas importantes nutridas es como si no lo estuvieran, porque las raíces con esas condiciones no pueden crecer”, explica Lobato, y sugiere, en esos casos, hacer una roturación del suelo compactado para que las raíces puedan volver a penetrarlo.
Otro requerimiento importante es lograr que las raíces crezcan, para lo cual se les puede ayudar con un estímulo, y así puedan crecer, explorar e ir en busca de los nutrientes.
Ahora bien, para que se forme un círculo virtuoso, con un análisis del stock de nutrientes y un sistema radical capaz de alcanzarlo, otro factor imprescindible es el riego. “Si uno riega mal, la nutrición se verá afectada, aunque los nutrientes te los regalen”, dice Lobato.
Si bien en muchos cultivos hay riego tecnificado, debe considerarse que el agua también puede contener cantidades significativas de nutrientes que se pueden aprovechar. Eso también se verifica a través de análisis de calidad del agua”, agrega.
Por lo mismo, y porque el agua es el transporte de los fertilizantes que se aplican o están en el suelo, es necesario hacerse la pregunta sobre la eficiencia de aplicación y uso de cada gota, asegurarse de que el agua está penetrando correctamente de forma lo más pareja posible, y no chorreando o escurriéndose superficialmente, o siendo absorbida por malezas. “Las raíces no toman agua donde el suelo está seco. Si está mal mojado (saturado) y hay poco oxígeno, las raíces tampoco absorben correctamente”, sostiene Lobato, y suma que hay que ser cuidadosos especialmente en invierno, si es que las lluvias no logran mojar lo necesario.
Analizado el stock de nutrientes en el suelo, el sistema de raíces y la eficiencia del riego, cabe preguntarse qué aplicar, en qué momento y cuánto para que la planta realice su ciclo de crecimiento normalmente. Para ello, dice Lobato, es necesario hacer un balance nutricional según cultivo, y determinar las tasas de extracción y cantidades de nutrientes para cada período fenológico.
Cada cultivo es diferente, pero Lobato ejemplifica con la uva. “Si a finales de noviembre, entre cuaja y quinta, se produce la mayor demanda de potasio del año, del cual 2/3 se lo lleva la fruta, no quisiera correr el riesgo de déficit en un momento en el cual el nutriente es tan importante para el desarrollo de la fruta”, señala.
Eso sí, en términos generales, señala que no se puede dejar de aplicar nitrógeno, porque es el nutriente que promueve el crecimiento, y su falta en algunos casos hará que las plantas crezcan poco. “Los más prescindibles son aquellos que traen las aguas y se encuentren en cantidades adecuadas en el suelo, como el calcio, el magnesio y el azufre”, dice Lobato.
Román recomienda hacer una tabla o planilla de los fertilizantes granulados, solubles, líquidos y foliares disponibles y comparar sus costos en función del costo de la unidad de nutrientes que aportan y no de su costo por kilo o por litro. “Se pueden encontrar con grandes sorpresas en este escenario de incertidumbre”, asegura.
Panamericana Sur km.62,9
Casilla 30.
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