La variedad D’Agen ha abierto una atractiva ventana para los productores de esta fruta, que, si bien se destina principalmente a deshidratado, los buenos precios han impulsado su crecimiento en fresco. Eso sí, expertos advierten que cuidar la calidad y el volumen es clave para que el mercado siga reportando buenos retornos.
Por: Florencia Polanco
Fideliza Comunicaciones
En Chile la ciruela D’Agen corre con ventajas. Es la segunda fruta fresca más demandada por el mercado chino —la primera es la cereza— y no tiene competidores. Esto ha impulsado que, en los últimos años, gane más terreno como un complemento a la producción de ciruela deshidratada, donde el país ocupa el primer lugar en el mundo como exportador.
Según estimaciones de Asoex, esta temporada serían exportadas 4.966.916 cajas de 9 kg. Esto se traduce en un crecimiento significativo de 64,5% versus la temporada pasada. En esa misma línea, los registros de Frisku Foods a la fecha señalan un aumento similar, como se muestra en el siguiente gráfico:
Fuente: Frisku Foods
Por otra parte, cifras de Fedefruta muestran que, si bien la superficie de ciruelo en general ha tenido un crecimiento más bien moderado, con menos de 3 mil hectáreas nuevas en 15 años, las plantaciones dedicadas a la producción en fresco van en aumento. En 2020, el ciruelo europeo superaba las 12 mil hectáreas con un 95% destinado a la variedad D’Agen, mientras que el ciruelo japonés totalizó cerca de 4 mil 500 hectáreas, siendo la Región de O’Higgins la que concentra la mayor superficie total.
En muchos casos, son los propios productores de ciruela deshidratada quienes han reconvertido parte de sus huertos para destinarlos a fresco. Precisamente, es lo que hizo el productor Rodrigo Cáceres.
“La producción de ciruelas para deshidratado es un proceso complejo y largo, con altas exigencias en productividad por hectárea para que el negocio sea rentable. Sin embargo, las aperturas de mercados asiáticos y americanos, con valores interesantes de venta de fruta en fresco, nos animó a probar”, cuenta el productor.
La transición, que ha sido paulatina, la comenzó su padre Octavio. Antes de volcarse a la producción en fresco, sus huertos eran convencionales, y comenzaron a incorporar más tecnología, como fertirriego, fertilizantes de entrega controlada, análisis de suelo, calicatas periódicas y sistemas de poda.
Porque si bien es un mercado que corre con ventaja, esto es siempre y cuando la fruta exportada cumpla con los estándares de calidad que exige el mercado chino. En esa línea, los parámetros mínimos de cosecha, ya que la ciruela sigue madurando en viaje, son tener una fruta con un color de cubrimiento mayor a 35%, un mínimo de 17° Brix, firmeza de 6 libras (medido en las mejillas de la ciruela con un presionometro de 8mm) y con color de fondo amarillo cremoso.
“La calidad es fundamental, y esto es un desafío que necesitamos abordar. Estamos enviando fruta muy heterogénea. Me encantaría que hubiera iniciativas entre productores y la industria en vías de generar buenas prácticas para asegurar que este negocio se mantenga en el tiempo”, sostiene Eduardo Papic, Gerente de Productores de la exportadora Copefrut.
Otro factor importante para considerar es el volumen. “El mercado, al ser de nicho, es súper sensible al volumen. Un volumen excesivo perjudica el valor de venta. El año pasado hubo una lluvia en enero que afectó el volumen y lo que se produjo se vendió a muy buen precio. Por lo mismo, si hay una oferta acotada, estricta en calidad, y una demanda establecida nos irá bien”, agrega Papic.
En términos de retorno al productor, el asesor Cristián Valdés precisa que han sido variables. “Han ido de 2,2 usd/kg fresco exportado hasta 0,3 usd/kg. Esta variabilidad en los retornos es propia de un mercado que se está desarrollando y aprendiendo”, dice.
“Para esta temporada las cosechas fueron complejas, pero finalmente salió un buen producto. Se ha ido aprendiendo sobre el tipo de fruta que requiere el mercado y de los parámetros de cosecha”, agrega Valdés.
El asesor detalla que, si consideramos para esta temporada un retorno en seco de 2,5 usd/kg estimado y aproximado, el precio de equilibrio con el fresco sería de 1,05 a 1,15 usd/kg fresco. “Es decir, con 1,05 usd/kg en fresco se iguala el retorno o margen que da el producto en seco. En promedio, ha sido más rentable y no solo eso, sino que por cada centavo que sube el fresco el seco tiene que subir 3,2 centavos para igualar”, sostiene.
La temporada de cosecha de la ciruela D’Agen se extiende desde la tercera semana de enero hasta mediados de febrero. Esto también significa una ventaja, ya que se ocupan las mismas líneas de proceso de la cereza, dándole más utilidad a la línea.
Pero como ocurre en la mayoría de los cultivos, la ciruela en fresco también sufre las consecuencias de la escasez de mano de obra, ya que no permite la cosecha mecanizada. Si bien no es tan delicada como la cereza, también necesita ser cosechada a mano con pedicelo y debe hacerse en un momento preciso.
Dado que se cosecha antes, el descarte de las plantas no puede ser destinado a deshidratado. Por lo mismo, si bien el mercado en fresco ha ido creciendo, los expertos recomiendan diversificar el huerto manteniendo la producción para fresco y deshidratado, especialmente considerando que la ciruela D’Agen cuenta con un único comprador principal que es China.
“Mi recomendación es seguir manteniendo los huertos para una condición mixta, es decir, con fruta para el mercado fresco y otra parte de la fruta del huerto para el mercado seco. Esto permite bajar los riesgos en varios ámbitos: productivos, operativos y comercial”, dice Valdés.
Eduardo Papic complementa que “hoy un gran volumen de este producto se va a deshidratado, lo que permite al productor diversificar su negocio. En un minuto el precio de la fruta deshidratada estaba muy bajo, pero ha ido aumentando”, señala Papic, y añade que, si un productor realiza un buen manejo de su huerto, puede obtener entre un 20% y un 30% de la fruta en fresco.
Según la experiencia de Rodrigo Cáceres, si un productor logra tener buena fruta, es decir, firme, con color, sabrosa y en cantidades cercanas a las 15-20 toneladas por hectárea en fresco, podrá estar satisfecho.
A su vez, el productor recomienda plantar huertos desde cero destinados a fresco para un mejor control de los manejos y de la calidad de la fruta, buscando “plantas limpias, injertadas con patrones de interés en la precocidad, vigor, calidad de la fruta y que sean resistentes a patologías, o inclusivo posibles de mecanizar para mitigar la inminente mayor escasez de mano de obra”.
Las principales amenazas para la ciruela D’Agen son similares a las de otras especies, entre ellas, plagas cuarentenarias, la lobesia botrana y últimamente la mosca drosophila suzukii, que también se está transformando en un dolor de cabeza para los cereceros. Lo ventajoso es que el manejo fitosanitario también es simple. El ciruelo, al ser un árbol bastante robusto, tiene un manejo fitosanitario y nutricional más simple que un cerezo, lo que economiza el proceso. Eso sí, es clave el monitoreo permanente de plagas, enfermedades y el estado general de cada planta para reaccionar oportunamente y bajar la carga de pesticidas.
Pero no todo es ventaja. Según Cáceres, las principales dificultades para este cultivo son el alza de los insumos, de la matriz energética y del valor de la mano de obra, lo que se enfatiza con el arrastre de una sequía de más de 13 años.
Panamericana Sur km.62,9
Casilla 30.
San Francisco de Mostazal
Sexta Región, Chile
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