Uno de los aspectos mas significativos para lograr cosechas con las cantidades esperadas y productos de buena calidad es conocer las condiciones actuales del suelo con el que estaremos trabajando. Saber la disponibilidad de los nutrientes y un estimado de como responderán estos a la fertilización, se convierte en herramienta clave para medir la eficiencia de nuestros cultivos y tomar mejores decisiones al momento de comprar los insumos para la fertilización o correcciones.
Los análisis de suelo funcionan como evaluación o “radiografía” previa a los trabajos productivos que realizaremos. las condiciones óptimas permiten que los granos, frutos, tubérculos y praderas aumenten su calidad, peso y apariencia.
La inversión para realizar un correcto estudio de suelo es de aproximadamente 35 mil pesos, costo que es relativamente bajo si consideramos que nos brindará una visión general de las fortalezas y debilidades que tienen nuestros suelos. Las muestras se deben tomar cada 15 a 20 hectáreas, estamos hablando de un valor promedio de 2 a 3 mil pesos por hectárea, costo relativamente bajo para lo que significa tener claridad en lo que debemos corregir o aportar a nuestros suelos.
También es importante conocer el estado del suelo respecto a su porosidad, capacidad de aireación, textura, infiltración, porcentaje de materia orgánica, si acaso se le incorpora rastrojos, guanos u otra fuente de materia orgánica. Las plantas aparte de nutrientes minerales, necesitan asimilar Hidrógeno, Carbono y Oxígeno para la formación de energía durante la fotosíntesis, crecimiento y desarrollo.
¿Cómo realizar una fertilización eficiente y equilibrada de principio a fin?
En términos de distribución física y absorción del producto por parte del suelo, se debe considerar la granulometría como factor principal para que los gránulos queden repartidos de forma homogénea en el terreno. El “trompo” o maquina sembradora, realiza una aspersión con igual potencia para todos los gránulos, por lo que si unos son mas pequeños que otros, existe mayor probabilidad de que queden cerca a la máquina, sin éxito en la aspersión. Una granulometría optima arrojará gránulos de un tamaño entre 3,35mm y 4,75mm de diámetro cada uno.
Finalmente el uso de mezclas de fertilizantes adquiridas a un notable bajo precio va de la mano con la utilización de rellenos o “fillers” que complementan las cantidades de cada componte de la mezcla para que se cumpla el requerimiento por ley, pero hace menos eficiente la disponibilidad y reacción de los nutrientes en el suelo para que sean absorbidos por las raíces, ya que cuando se rellena con cal, yeso o kieserita, la solubilidad de estos componentes y su posterior utilización para ser absorbidos por la raíz no es la más rápida, e influye directamente en ser menos eficiente en la entrega de los nutrientes que se requieren por parte del cultivo
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