Detrás de cada innovación hay una pregunta que lleva a enfrentar un desafío. Y en estos días el sector agrícola está enfrentando numerosos retos que requieren de más y mejores soluciones.
La pregunta que los ingenieros agrónomos Iván Ferriere, Sebastián González (Anasac) y Emilio Calleja (Vitra) se hicieron es cómo llevar la siembra de maíz a un siguiente nivel, explorando una tecnología que está cada día más en boga en otros países, pero que en Chile se explora todavía con timidez: la híperdensidad.
¿En qué se diferencia de una siembra de alta densidad? Mientras que un cultivo de maíz de alta densidad normalmente se refiere a poblaciones de 100 mil a 140 mil plantas por hectárea, la híperdensidad supera los 140 mil ejemplares.
De esa forma, y es lo que estos ingenieros agrónomos buscan impulsar, se logra maximizar el rendimiento para obtener mayor volumen cosechado por hectárea sembrada, un resultado siempre deseable si se trata del maíz, y que además permite el ahorro de agua, un bien escaso.
Sabemos que con la variedad de híbridos de maíz que existen es uno de los cultivos con mayor potencial de producción de materia seca por unidad de tiempo y espacio, por lo que aplicar esta tecnología no solo es interesante, sino que hay luces de que es una alternativa que da buenos resultados.
Al menos es lo que arroja un reciente ensayo realizado en la Región del Maule, en la localidad de Unihue, encabezado por Ferriere, Calleja y González, con el apoyo de Anasac y Vitra. Este ensayo considera la siembre de maíz en híperdensidad con poblaciones entre 140 mil y 210 plantas por hectáreas.
“Queríamos explorar nuevas tecnologías y conceptos para llevar el cultivo de maíz a su máxima expresión. Siempre con el enfoque claro de mejorar y avanzar en la rentabilidad del cultivo del maíz en Chile”, comenta Ferriere.
Estos ingenieros agrónomos y colegas se inspiraron en el mexicano Ernesto Cruz González, quien acuñó el concepto de híperdensidad y ostenta el récord mundial de rendimiento en maíz para grano seco, con alrededor de 440 qq/ha.
“Llevábamos un tiempo siguiendo sus videos por YouTube, y dado que este año se decidió sembrar maíz grano y no semillero de maíz, como era habitual, se dio la posibilidad de sembrar este ensayo a un costado del cultivo base, sin necesidad de preocuparnos por ningún tipo de aislación propia de los semilleros”, explica González.
El ensayo consideró cerca de 6 mil m2, sembrando dos hileras de maíz con tan solo 50 cm de distancia entre ellas. Asimismo, dejaron una “calle” libre de 1,5 metros. “El objetivo es que todas las hileras de plantas, sembradas en mucha más densidad respecto a un cultivo tradicional, accedan a mucha más luz de lo habitual”, detalla Ferriere. Esto sumado a un terreno adecuado y con riego tecnificado, que permitió reponer el agua de riego con una frecuencia, cantidad y homogeneidad adecuada.
Para aprovechar el mayor potencial del cultivo en este sistema de híperdensidad, agrega González, se requiere una preparación de suelo profunda y un manejo minucioso e intenso, principalmente en términos de fertilización radical y foliar. “En este sistema de cultivo realmente se confirma que en los detalles está la diferencia”, sostiene.
Como el ciclo del maíz es corto, de seis meses aproximadamente, pudieron medir los primeros resultados de este ensayo con prontitud. Una expectativa alta de rendimiento que se propusieron era llegar a 300qq/ha, y los resultados fueron cercanos y satisfactorios. “Dentro de todos los tratamientos incluidos en este ensayo, tuvimos algunos que rondaron los 230-250 qq/ha”, detalla Ferriere.
Tras este primer ensayo, consideran que la apuesta sin duda conlleva beneficios. Pese a que esta modalidad de siembra es más costosa que un cultivo tradicional, si se hace bien se puede optar a un aumento entre 30% y 40% de rendimiento. “Lo importante es el equilibrio que exige este método de siembra. No es un aumento de costo lineal respecto de la nutrición versus la población. Sobre todo, cuando sabes leer el maíz, sus estados fenológicos en su curva de demanda y optimizas la oferta fertirrigando, así como haciendo un uso más eficaz del agua”, comenta Calleja, zonal de Vitra Curicó-Talca.
“Queremos que este ensayo sea la punta de lanza para que el cultivo de maíz logre un nuevo nivel en términos de rendimiento en la cosecha y también en lo económico, de manera que pueda transformarse en una alternativa cada vez más rentable y atractiva dentro de los cultivos anuales tradicionales en Chile. Creemos que es una interesante alternativa para agricultores que les gusta innovar y son dedicados y prolijos”, sostiene Ferriere.
Panamericana Sur km.62,9
Casilla 30.
San Francisco de Mostazal
Sexta Región, Chile
