Oriundo de Viña del Mar, y proveniente de una familia de abogados, Felipe Uribe estudió Ingeniería Agrícola. En ese tiempo cursó un ramo sobre proceso de elaboración de vino, con el que, como él mismo relata, le “bajó la locura por el tema” y que posteriormente lo llevó a hacer un diplomado de enología en la Universidad Católica. Después de estudiar empezó a trabajar en Viña San Pedro recibiendo uva, como Jefe de Patio. Luego siguió a cargo de las bodegas del vino Reserva en la misma viña, donde conoció a su actual señora, Maite Hojas, quien también es enóloga y juntos decidieron, el año 2013, embarcarse en un gran proyecto; tener su propia viña cuya uva fuera producida en la Cordillera de los Andes. “En Chile hay pocos vinos que se producen en la Cordillera, y es que los productores de vino no se han dado cuenta que es factible hacer proyectos vitivinícolas en la Cordillera. La altura le da a la fruta ph más bajo y mayor acidez, son vinos más frescos y delicados, de colores rojos vivos”, afirma Felipe.
Habiendo estudiado y trabajado en Viña San Pedro, Felipe y Maite decidieron irse juntos a estudiar un Master en Viticultura y Enología en la Universidad Politécnica de Madrid, España, donde también trabajaron y visitaron distintas viñas de la zona.
“Luego volvimos a Chile, Maite entró a trabajar a Viña De Martino y yo a Viña Santa Helena como enólogo asistente de vendimia. Pero al poco tiempo nos fuimos a Estados Unidos a trabajar a una bodega en Sonoma Valley, por unos 3 o 4 meses, lo que dura la vendimia”. A su regreso, Maite fue contratada como enóloga de Viña Santa Helena y Felipe esperó la vendimia en Viña De Martino y luego se estableció en Viña Miravalle como enólogo a cargo, por casi 4 años. Posteriormente entró a trabajar a William Fevre, en Pirque, por lo que debía viajar todos los días desde San Fernando, por 4 años y medio. “Fue ahí donde me relacioné mucho con la Cordillera de los Andes y donde nació mi pasión por trabajar con viñas en altura”.
Fue en William Fevre donde Felipe recibió el “Premio al vino más innovador de Chile del año 2012”, entregado por el diario El Mercurio y el “Premio al vino revelación del año 2012”, de la Guía Descorchados. Felipe cuenta que esos fueron muy buenos años: “profesionalmente me fue muy bien y recibí reconocimientos importantes para mi carrera, lo que me ayudó en el momento en que salí de Viña William Fevre, ya que tuve varias entrevistas interesantes. Finalmente, junto a Maite, decidimos empezar nuestro proyecto propio. Ella renunció a su trabajo y los dos nos volcamos a este tremendo desafío de crear nuestro propio vino”.
A fines del 2013 nació Viña Andes Plateau; Andes por la cordillera y Plateau que significa meseta en altura. “Desde el principio hemos querido hacer de esto más que un proyecto profesional, un proyecto de vida. Nosotros vivimos por y para el vino”, reconoce Felipe.
La manera de operar no la han modificado desde que empezaron; tienen contratos a largo plazo con 4 productores de uva con huertos en la Cordillera de los Andes, desde el Maipo hasta el Maule, sobre los 500 y los 700 mts de altura. “En ese tiempo partimos comprando entre 15 mil y 20 mil kilos al año, hoy estamos comprando casi 100 mil, lo que equivale a unas 78 mil botellas aproximadamente”. Felipe cuenta que en la actualidad tienen un equipo de 6 personas; él se dedica principalmente a la parte creativa y ventas, mientras que Maite ve la parte administrativa. “Somos el complemento perfecto, porque yo soy el creativo y ella es más aterrizada y ordenada”.
Felipe cuenta que, si bien compran toda la uva que utilizan, ellos están presente en todo el proceso de producción y el 100% del vino lo hacen ellos mismos, ya que no compran vino hecho. “El proceso de vinificación lo llevamos a cabo en la bodega que tenemos en nuestra casa y es muy entretenido porque tenemos 4 niños, a los que les encanta ser parte de las distintas etapas del proceso. Para nosotros es una tremenda alegría poder hacerlos parte de todo esto, ya que finalmente estamos construyendo un proyecto de familia”.
Actualmente, Andes Plateau tiene 4 vinos; 700 Blend, que es un ensamblaje con uva producida sobre la cota 700, y luego 3 vinos cuya uva es producida sobre los 500 metros; Syrah, Chardonnay y Cabernet Sauvignon. Con cada uno de ellos, Felipe dice que espera que las personas “descubran y reconozcan la Cordillera, el lugar de donde viene y se origina este vino, sin necesidad de mirar la etiqueta. Que sean capaces de ver un producto con identidad, honesto y con el valor que nosotros le damos a la familia”.
Del total de su producción del año 2019, el 40% se quedó en el mercado nacional, y el 60% fue exportado a países como China, Taiwán, Francia, Alemania, Estados Unidos y Brasil.
Panamericana Sur km.62,9
Casilla 30.
San Francisco de Mostazal
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