Chile y los impuestos específicos:
Manuel Moreno, gerente de Negocios Combustibles de Coagra, explica el escenario actual de los combustibles y cómo afecta a los consumidores.
Uno de los mayores costos que enfrentan las empresas en Chile es el de la energía, en particular el abastecimiento de combustibles líquidos. Así lo señala Manuel Moreno, gerente de Negocios Combustibles de Coagra, quien explica que diariamente se transan en Chile cientos de millones de pesos en petróleo diésel para la agricultura y la agroindustria, por ejemplo, los que son despachados a través de una compleja red de transporte o suministrados desde los servicentros.
“Sin embargo, lo anterior viene con el problema subyacente de que la oferta de servicio para abastecer esta demanda a tiempo, en temporada agrícola, se ve afectada con los consumidores exigiendo tiempos de despacho menores por los altos costos de oportunidad que significa el desabastecimiento. Con foco en lo anterior, Coagra Diésel lleva un tiempo en proceso de digitalización y modernización, tanto de sus procesos internos como de cara a los clientes, para lograr un suministro oportuno y reducir la incertidumbre, sobre todo en la temporada agrícola que enfrentamos”, subraya.
Más allá de la agroindustria, para entender el escenario general actual, ¿qué es lo que paga el consumidor por un litro de combustible?
Manuel Moreno detalla que los precios finales que pagan los consumidores por cada litro de combustible tienen tres componentes principales.
El primer componente es el valor de paridad de importación, el que refleja todos los costos asociados para internar el producto a Chile: valor del combustible refinado, el transporte marítimo, uso de oleoductos, logística y almacenamiento. “El precio de paridad de importación que se obtiene está expresado en dólares por metro cúbico, por lo cual se debe pesificar considerando el tipo de cambio observado para el período de referencia, es decir, además de nuestra alta exposición a los valores internacionales en combustibles, el dólar tiene un impacto directo en el mayor o menor precio que los consumidores pagamos por litro de combustible”, indica.
Añade que el segundo componente es el margen de los distribuidores y los costos asociados para trasladar el producto hacia puntos de consumo intermedios o finales.
Y el tercer componente, y el que presenta el mayor peso después del costo de paridad de importación del combustible, son los impuestos: el impuesto específico con sus componentes fijo y variable, y el impuesto al valor agregado (IVA).
“Si tomamos como ejemplo la semana entre el 7 y 13 de octubre, la composición en pesos por cada litro de combustible es como se muestra en la figura 1. Es decir, si sumamos los impuestos específicos y el impuesto al valor agregado, nos damos cuenta que en la semana de la referencia, el 37% de un litro de gasolina corresponde a gravámenes, $346 por litro. En el caso del petróleo diésel estos alcanzaron $138 por litro”, sostiene el gerente de Negocios Combustibles de Coagra.
El impuesto específico de los combustibles tiene su origen a raíz del terremoto de 1985 con la finalidad de recolectar recursos para financiar la estructura pública dañada por el sismo (Ley 18.502). “Actualmente, este gravamen alcanza 1,5 UTM por m3 para el petróleo diésel y 6,0 UTM por m3 para las gasolinas, aproximadamente $80 y $320 para cada litro de combustible respectivamente”, dice Moreno.
Agrega que a diferencia del impuesto al valor agregado, que es un porcentaje sobre el valor de producto, el impuesto específico es una medida respecto de la UTM, y aquí está la primera diferencia en valor dado que la unidad tributaria mensual varía mes a mes.
Por otro lado, el ejecutivo comenta que la ley 20.765 creó el Mecanismo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Mepco) y sus subsecuentes modificaciones, y su función es justamente entregar un marco de estabilidad a los precios por medio de la modificación del impuesto específico.
“Cada semana el Ministerio de Hacienda, previo informe de la CNE, determina el componente variable del impuesto específico para cada combustible. Así el impuesto específico resultante, puede ser superior o inferior a su valor base.
Un ejemplo claro es lo que pasó con el petróleo diésel a partir del 14 de octubre, semana en la cual el impuesto específico resultante fue negativo, dado que el componente variable fue mayor al impuesto base en términos absolutos. En otras palabras, sin este mecanismo el precio por litro hubiera sido aproximadamente $85 superior”, señala.
Junto con esto, ¿cómo afectan a nuestro país los cambios del combustible a nivel internacional?
Manuel Moreno comenta que Chile es un país importador neto de combustible, es decir, depende de otros países para satisfacer su demanda energética de hidrocarburos, por lo que cambios en los mercados internacionales y sus marcadores asociados nos impactan directamente, tal como hemos venido viendo este año, una escasez de oferta que tiene su origen en factores del año 2020, asociado con la recuperación de la demanda mundial, tiene un barril de petróleo superando los 80 US$”Por otra parte, la política de precios de combustibles de Enap está indexada a los costos de paridad de importación, esto significa, a los costos de oportunidad de traer combustibles refinados a Chile desde un mercado lo suficientemente amplio y profundo, incluyendo los costos operacionales de traslado marítimo e internación al país. La paridad de importación se expresa en dólares por lo tanto el precio final que vemos en la calle y en las estaciones de servicio se ha visto afectado por el aumento en el tipo de cambio que hemos visto durante las últimas semanas”, concluye.
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