Víctor Catán: “Hay que subir al carro del desarrollo a los pequeños y medianos agricultores”

Febrero 2022

Víctor Catán: “Hay que subir al carro del desarrollo a los pequeños y medianos agricultores”

El director de Fedefruta y de la Federación Deportiva Nacional del Rodeo Chileno, Víctor Catán, proyecta los principales desafíos para el agro en Chile, entre ellos, la disponibilidad y uso del agua y lograr una mayor cohesión entre agricultores.

Por: Florencia Polanco.

Fideliza Comunicaciones.

Víctor Catán ha dedicado gran parte de su vida a la agricultura. Tenía 22 años y estaba recién estudiando para ser agrónomo cuando su papá le delegó la responsabilidad del campo familiar en Los Andes, un desafío que al principio le pareció monumental y que hoy mira como una buena cosecha de aprendizajes.

Con una extensa trayectoria gremial, a mediados del año pasado fue nombrado director de Fedefruta, cargo que también ocupa en la Federación del Rodeo, otra de sus grandes pasiones. “El rodeo es una actividad cultural que une al mundo rural”, dice.

Como productor y líder gremial, ¿cuál es tu diagnóstico sobre la agricultura en Chile?

Hoy día la agricultura, más que una actividad económica, es el motor del desarrollo rural. Pero para lograr echar andar ese motor con más fuerza hay que colaborar para que los pequeños y medianos agricultores se incorporen.

¿Hoy no están incorporados?

Muy tímidamente. La participación de los agricultores en colectivos es baja. Hoy necesitamos avanzar más rápidamente en cooperativismo. Hay muchos agricultores que tratan de dar pasos en solitario y que todavía no ven las oportunidades que abre la asociatividad.

¿Qué explicaría ese “tímido” avance?

Creo que faltan liderazgos locales que ayuden a cohesionar a las personas. En la Región de Valparaíso hemos estado impulsando un programa estratégico regional con ese foco. Estamos diseñando algunos programas piloto para demostrar que con liderazgos es posible lograr una mejor cohesión entre los agricultores.

¿Y por qué es necesaria esta cohesión?

Primero por subsistencia, segundo por desarrollo y tercero por crecimiento. Cuando los agricultores pequeños y medianos están cohesionados pueden acceder a tecnología, asesorías, plantar variedades nuevas, entre otras cosas. En el Valle de Aconcagua el 80% de la tierra está en manos de pequeños y medianos agricultores con menos de 10 hectáreas. Tenemos que subirlos al carro del desarrollo. No dejarlos abajo y darles espacio.

¿Qué otros desafíos proyectas para los próximos años?

El tema hídrico es muy serio y problemático. Sin agua no hay agricultura. Es importante que las nuevas autoridades tengan en cuenta que se necesitan planes robustos. Nosotros tenemos ideas y estamos disponibles para aportar en el diseño de políticas públicas que sean eficientes y coherentes con el sector. Pero falta mucho por avanzar. En Aconcagua menos del 50% de la superficie tiene riego tecnificado, por ejemplo. Es fundamental seguir avanzando en generar una cultura de uso eficiente del agua. Hoy se pierde mucha agua por ineficiencia.

¿Qué fortalezas y amenazas vez para la agricultura chilena en los próximos años?

La fortaleza principal es que sabemos trabajar. Y las mayores amenazas son la escasez hídrica y que se diseñen políticas públicas que vayan en desmedro del desarrollo rural, por ejemplo, normativas restrictivas sobre el uso del agua. No somos dueños del agua, pero sí tenemos derecho sobre su uso y eso debe seguir así. Hay que asegurarles a los agricultores que podrán seguir desarrollando agricultura o nadie querrá invertir en este sector.

¿Qué le dirías al nuevo ministro de Agricultura?

Primero, fortaleza. Sabemos que trabajará para alimentar a la gente. Segundo, que entienda que en el mundo agrícola todos somos uno. Todos queremos lo mejor para la agricultura de Chile. En los últimos años se han querido instalar rivalidades que no existen. En el campo ocurre algo que no sucede en otras actividades, y es que no solo conocemos a nuestros trabajadores, sino a sus familias. Somos una familia.