A sus 49 años, ha encontrado en la agricultura más que un simple regreso a sus raíces. Tras una carrera en sectores distintos, este productor de Río Bueno volvió al campo familiar con una visión renovada, impulsado por el legado de su hermano y el deseo de honrar la tradición familiar. En su búsqueda por transformar su campo lechero en un modelo de sostenibilidad y eficiencia, combina lo mejor de sus experiencias pasadas con una apertura a la innovación.
Erwin Neumann (49) no es un agricultor convencional. Nacido y criado en el campo, pese a que en el colegio aprendió habilidades técnicas agrícolas, optó por seguir un camino distinto al de su padre y trabajar en otros rubros distintos a la agricultura.
Pero eso cambió. Después de pasar casi dos décadas en la industria automotriz y de implementos agrícolas, decidió regresar a la lechería y al campo familiar de Río Bueno (Cayurruca), en un momento crucial de su vida. La pérdida de su hermano, quien hasta ese momento había empujado el proyecto familiar, y el deseo de honrar el legado de su padre lo llevaron de vuelta a sus raíces.
En esta entrevista, el riobuenino comparte cómo su formación y experiencia fuera del campo han moldeado su enfoque hacia la agricultura, destacando la importancia de la adaptabilidad, la innovación y el valor del equipo humano que lo acompaña.
Con una mentalidad abierta y un fuerte compromiso con las tradiciones familiares, este productor de leche -con cerca de 600 cabezas de ganado- busca no solo mantener el campo productivo, sino también convertirlo en un ejemplo de sostenibilidad y eficiencia para las futuras generaciones.
¿Qué recuerdos tienes de tu infancia en el campo y cómo influyeron en tu decisión de regresar a este estilo de vida?
“Crecí en un entorno rural, con una familia dedicada a la agricultura. Mis recuerdos de infancia están llenos de imágenes de campos verdes, animales pastando y el ritmo tranquilo de la vida en el campo. Siempre tuve un vínculo especial con la tierra, aunque de joven decidí explorar otros horizontes. La decisión de regresar fue impulsada por la pérdida de mi hermano, quien estaba a cargo antes que yo. Quería honrar su legado y apoyar a mi padre en sus últimos años, lo que me permitió reconectar con esa parte fundamental de mi historia personal. Además, sabía que contaba con el apoyo de un grupo humano excepcional que había trabajado con mi familia durante años, lo que hizo la transición mucho más llevadera”.
Antes de asumir el mando del campo, ¿en qué área trabajabas y qué aprendiste de esa experiencia que ahora aplicas en la agricultura?
“Antes de regresar al campo, trabajé en la industria automotriz y después en la venta de implementos agrícolas. Durante casi dos décadas, estuve ‘al otro lado del mostrador’ y fui parte de un entorno que me enseñó mucho, como la importancia de la planificación y la gestión de recursos. Aprendí a ser flexible y a adaptarme a los cambios, habilidades que son vitales en la agricultura. Esta experiencia me enseñó a enfrentar los desafíos de manera proactiva, a buscar siempre la eficiencia y a valorar el trabajo en equipo. Ahora aplico estos aprendizajes en el manejo agrícola, donde cada decisión debe ser considerada cuidadosamente debido a las múltiples variables que afectan el campo. Además, el sólido equipo de trabajadores que me acompañó desde el inicio ha sido fundamental, aportando su experiencia y conocimiento del terreno”.
¿Cuáles fueron los mayores desafíos que enfrentaste al asumir la responsabilidad del campo después de la pérdida de tu hermano?
“Asumir la responsabilidad del campo tras la pérdida de mi hermano fue un desafío emocional y práctico. Me enfrenté a la tarea de gestionar un negocio que tenía sus propias dinámicas y exigencias. El campo es un entorno que no espera; es cíclico y está en constante cambio. Tuve que aprender rápidamente las operaciones diarias, tomar decisiones sobre cultivos y ganado, y asegurarme de que el campo siguiera siendo productivo. Además, el desafío emocional de llenar los zapatos de mi hermano y reconectar con un estilo de vida que había dejado atrás fue significativo. Sin embargo, estas dificultades también me motivaron a aprender y crecer, tanto personal como profesionalmente. Contar con el apoyo de trabajadores que habían estado con mi familia durante décadas fue crucial para superar estos desafíos, aportando estabilidad y continuidad en tiempos de cambio”.
¿Qué aspectos de tu formación como técnico agrícola consideras más valiosos para tu trabajo actual?
“Mi formación como técnico agrícola me proporcionó una base en los principios de la agricultura. Sin embargo, la experiencia práctica en el campo me ha enseñado aún más. La agricultura es un campo que requiere adaptabilidad y una comprensión profunda de los ciclos naturales. Mi formación me ha ayudado a ser más estratégico en la gestión del campo y a implementar prácticas sostenibles que beneficien tanto al medio ambiente como a la productividad”.
¿Cómo ha cambiado tu perspectiva sobre la agricultura desde que te hiciste cargo del campo?
“Desde que asumí la administración del campo, mi perspectiva sobre la agricultura ha cambiado drásticamente. Ahora entiendo que es un organismo vivo que requiere cuidado y atención constantes. La agricultura no es solo un medio de subsistencia; es una forma de vida que conecta a las personas con la tierra y entre sí. He aprendido a apreciar la resiliencia que requiere, especialmente frente a los desafíos climáticos y económicos. Ahora veo la agricultura como una oportunidad para innovar y mejorar continuamente, siempre buscando formas de hacer que nuestras prácticas sean más sostenibles y eficientes. También he llegado a valorar profundamente el papel de los trabajadores, quienes han sido el alma del campo y han contribuido enormemente al éxito de nuestras operaciones”.
¿Cómo manejas la presión y las responsabilidades que vienen con la gestión de un campo familiar?
“La gestión de un campo familiar conlleva una presión importante, ya que cada decisión impacta no solo en mi vida, sino en la de mi familia y los trabajadores que dependen de nosotros. Para manejar esta presión, trato de mantener una mentalidad enfocada en la solución de problemas. Me esfuerzo por anticipar desafíos y planificar con anticipación, siempre evaluando los riesgos y tomando decisiones basadas en datos y experiencia. También es crucial contar con un equipo de trabajo confiable en el que pueda delegar responsabilidades. La comunicación abierta y el apoyo mutuo son fundamentales para enfrentar las dificultades y asegurar que todos estén alineados con nuestros objetivos. El grupo humano que me acompaña ha sido esencial para mantener el equilibrio y afrontar las responsabilidades con confianza y determinación”.
¿Qué papel juegan las tradiciones familiares en tu enfoque hacia la agricultura y la gestión del campo?
“Las tradiciones familiares son el corazón de mi enfoque hacia la agricultura. Desde pequeño, aprendí el valor del trabajo duro y la importancia de cuidar la tierra, lecciones que quiero transmitirles también a mis hijos. Además, mantener estas tradiciones vivas es una manera de honrar el legado de mi padres y hermanos. Sin embargo, también reconozco la importancia de adaptarse a los tiempos modernos, combinando las prácticas tradicionales con innovaciones que mejoran la eficiencia y sostenibilidad del campo”.
¿Cuáles son tus metas a corto y largo plazo para el campo, y cómo planeas alcanzarlas?
A corto plazo, mi objetivo principal es optimizar las operaciones actuales del campo, asegurando que cada aspecto funcione de manera eficiente y sostenible. Estoy más enfocado en mejorar lo que tenemos que en crecer y ‘comprar el campo de al lado’, como se dice. Una vez hecho eso uno puede pensar en expandir nuestras actividades agrícolas, quizás incrementando la superficie cultivada o diversificando los tipos de cultivos y ganado. Para alcanzar estas metas, planeo seguir aprendiendo y adaptando nuevas tecnologías y prácticas agrícolas, además de fortalecer las relaciones con otros agricultores y expertos en el campo”.
¿Qué consejo le darías a alguien que está considerando hacer una transición similar hacia la agricultura?
“Mi consejo sería prepararse bien y tener paciencia. La agricultura es un campo lleno de desafíos, pero también de oportunidades. Es crucial adquirir una base sólida de conocimientos, ya sea a través de la educación formal o la experiencia laboral. Recomendaría trabajar primero para otros, para entender realmente las demandas y satisfacciones del campo. Además, estar dispuesto a aprender y adaptarse es esencial. La agricultura requiere una mentalidad abierta y una disposición para innovar y evolucionar constantemente. Con dedicación y pasión, es posible encontrar un profundo sentido de propósito y satisfacción en esta noble actividad”.